Bajo un sol que no existe,
en una tarde casi noche,
intento recoger algunos
versos
que llegan sin permiso.
Buscan posada
para crecer y multiplicarse.
Provienen de una tierra
diminuta,
rica en rimas, suspiros…
Poco más que ofrecer
al caminante sin camino,
que hace camino al andar.
Les gusta esta morada
y, a mí, verlos
jugar entre sí, subiendo y
bajando
de renglón en renglón,
escandidos,
en caja,
encajados,
y todos libres.
Algún día, no tan lejano,
me sentiré orgullosa de ellos.
me sentiré orgullosa de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario